ESPERO VUESTRA

OPINIÓN

 

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CON LA MUERTE EN LOS TALONES

 

 

 

 

Uno de los films más vibrantes y reconocidos del prestigioso realizador Alfred Hitchcock, es este..... Una muy buena película de intriga relacionada con el mundo del espionaje, protagonizada por un excepcional reparto encabezado por Cary Grant y Eva Marie Saint. Un hasta el momento sencillo ejecutivo de vida monótona, Roger O. Thornhill (Cary Grant) es confundido por una organización de espías con un agente federal llamado George Kaplan. Después de ser secuestrado y llevado a una lujosa mansión, consigue escabullirse de sus raptores hasta llegar a la policía, quien duda de su historia e inicia una investigación. Acompañado de los agentes, Thornhill acude a la mansión de la que escapó durante su secuestro, pero no queda ni huella de las personas a las que el denuncia, que parecen haberse evaporado. Aquí arranca una historia que acelera sin parar, con un tempo más propio de una película de acción que de intriga, todo ello sin perder su merecida categoría de suspense. Inteligente y sorprendente, a ratos divertida, son muchos los protagonizados por Cary Grant y absolutamente entretenida, consiguiendo mantenernos atentos en todo momento al desarrollo de sus escenas evitando que se nos pase ningún detalle. Bernard Herrmann lleva los compases musicales de Con la muerte en los talones, teniendo como resultado unas acertadas composiciones entre las que se encuentra una que seguro a muchos le resulta familiar.  Cuando Hitchcock fue preguntado por Truffaut acerca del poco mérito que se le daba a esta clase de películas en beneficio de dramas como Ladrón de bicicletas, y que el propio Truffaut adoraba el guión de esta película, por éso mismo, por ser tremendamente absurda, Hitchcock le respondió que el gusto por lo absurdo lo llevaba de manera totalmente religiosa. Cuando uno se pone a ver Con la muerte en los talones....a diferencia de otras películas del maestro, esta arranca a los 2 minutos. Y es algo tan absurdo como un error.

 



 

Partiendo de lo más absurdo de todo,  Hitch va construyendo una especie de parodia del cine de espías,  de un hecho absurdo, pero el acierto de esta película está en no tomársela en serio. No deja de ser una grandísima broma de Hitchcock,  probablemente, si el magnífico guión de Ernie Lehmann hubiera caído en otras manos, habría acabado siendo una mera película de espías, con buenos y malos claramente diferenciados. pero con el maestro se convierte en una comedia que roza momentos de puro surrealismo, como el hecho de que la madre de Cary Grant fuera sólo 10 meses mayor que él, o la escena de la borrachera en la comisaría o la subasta son pura antología del surrealismo y lo absurdo  Pero ninguna como la del avión. Sin nada que fumigar, Hitchcock nos pone un avión en medio de la nada, la forma más segura de matar a alguien, y consigue que quede estupendamente, ya que otro director hubiera hecho que nos sintiéramos estúpidos ante esa imagen. Con un Cary Grant portentoso, y un James Mason que se ha convertido en el malo icónico del cine hitchcockiano,  Alfred Hitchcock volvió a demostrar que es un maestro en el cásting, y volviendo a poner algunas de sus inquietudes en liza, como el falso culpable o una madre un tanto peculiar, volvió a demostrar que fue el mayor técnico de la historia. Cada una de sus películas tiene un toque único que él daba, tanto en la puesta en escena, como en la banda sonora, cuyo tema principal ya indica por donde van los tiros, y cómo no, con los créditos de Bass, que luego volvería a superar en Psicosis. Si un guión no es coherente está mal. Si es una total majadería está mal. Si hay continuos chascarrillos está mal. Si hay un enamoramiento en diez segundos de metraje está mal. Si prima al espectáculo por encima de su inteligencia ha conseguido el éxito... Si todo esto se junta en una misma película, resulta que al final es extraordinaria..

 




 

Pero si dicha película es de Hitchcock... ¡es una obra maestra imperecedera y viva la inverosimilitud, la imperfección y la naftalina!, pero qué grande eres Alfred! ¡La madre del protagonista parece su hermana! ¡Soy consciente de ello y critiqué a la Jolie en Alejandro Magno, pero cómo lo partes Alfred! ¡El malo es idiota! ¡Soy consciente de ello y denuncio la ineptitud de los villanos de los films de Steven Seagal, pero hazme tuyo Alfred!. Admiro a Hitchcock y no estoy en contra de las películas de evasión y palomitas. Y si estoy equivocado, por favor explicádmelo detalladamente porque mi ineptitud no me permite diferenciar un chiste malo de Cary Grant, con uno Bruce Willis... Creo que fue el propio Hitchcock quien dijo que una película suya vale su peso en oro. Cuando Hitchcock rodaba sus películas, las teorías de Sigmund Freud debían estar muy de moda, porque de vez en cuando ponía flashbacks raros en los que los personajes revivían traumas olvidados en el subconsciente. Sin embargo, hoy en día las teorías de Freud están un tanto obsoletas.  Por supuesto que el tío permanecerá en la historia de la humanidad como un gran tipo y una de las figuras más influyentes del siglo XX, y lo de popularizar la idea del subconsciente fue un puntazo y lo de ver símbolos eróticos en cualquier objeto alargado que se le pusiese por delante seguro que le ayudaba a no perder la sonrisa en las labores rutinarias del día a día; pero lo de la interpretación de los sueños y lo del complejo de Edipo y también justificar cualquier trauma infantil enterrado. Al menos entre los psicólogos serios y las personas instruidas, aunque siga siendo material de primera para algunos psicoanalistas, de suplemento dominical y guionistas de telefilmes. Pero hubo un tiempo en que Freud era plato diario y el Maestro del Suspense se dejó seducir por su carisma, y si sus películas no quedan ridículas es sólo porque filmase lo que filmase, lo hacía con maestría. Precisamente por eso le llamaban Maestro del Suspense... bueno, por eso y porque fué único en su genero. Quizá si una de sus films que mejor aguantan el paso de los años es North by Northwest, también conocida como Intriga internacional o Con la muerte en los talones, es porque en ella los personajes son agradablemente planos y sus neuras son bastante terrenales y el argumento no se contamina con delirios oníricos. Por supuesto que los efectos especiales siguen notándose, junto con la suprema idiotez de los malos de la película, que cuando quieren matar a Cary Grant, en lugar de pegarle un tiro lo ponen a conducir por acantilados o lo fumigan con una avioneta, pero algunas de las escenas siguen teniendo mucha mucha fuerza, como la de la avioneta, o la de los del Monte Rushmore.

 


 


 

El film combina elementos de aventura, acción, espionaje, misterio, humor, romance y thriller. Contiene escenas magníficas de acción y peligro, como las de la avioneta de fumigación, la conducción de un borracho por una peligrosa carretera, la salida de la sala de subastas, el rescate de Eve Kendall Eva Marie Saint de las garras de una banda criminal... Normalmente las víctimas acorraladas se ubican en espacios cerrados y oscuros, en cambio la película la sitúa en pleno campo y a la luz del día. El ritmo narrativo es intenso y sostenido: las incidencias de la acción se suceden sin descanso. Al servicio de la tensión y del suspense se hace uso de secuencias vertiginosas, como la del coche sin frenos...Incrementa el clima de incertidumbre y tensión el juego complejo de engaños, falsedades, simulaciones, confusiones, disimulos y secretos, que se enmarca con propiedad en una trama de espionaje. El relato desarrolla una historia depurada y densa en la que se dan cita algunas de las constantes del realizador: guapa mujer rubia, falso culpable, ciudadano medio inocente con problemas, villano elegante, etc. Mezcla suspense y humor con un resultado satisfactorio. Las relaciones del malvado Vandammne y su ayudante ocultan un subtexto homosexual. Es la cuarta y última colaboración de Grant y Hitchcock. La cinta es fascinante, pese a la grata inverosimilitud de algunos de los elementos arguméntales. Es una de las películas más importantes y más conocidas de Hitchcock. Por lo que veo han corrido ríos de bits y repiqueteado miles de teclas para elogiar a esta película y al maestro que la dirigió. Yo quiero elogiar a Hitchcock  ¿Por qué NORTH BY NORTHWEST y no WITH THE DEATH IN MY ASSHOLE?. Si buscamos bien su significado en la red  no encontraremos nada, (aparte de con la muerte en los talones) pero hay algo muy parecido en los puntos cardinales en inglés para la posición en español NOR-NOROESTE que es NORTHWEST BY NORTH, es decir justo al revés que el título original, es decir, en castellano sería como decir NOROESTE-NOR.

 

 



 

Hitchcock era un visionario. En 1959, cuando el cine estaba en su máximo esplendor y obras maestras se sucedían sin parar, Hitchcock finiquita el género que 40 años adelante será el que llenaba salas, lleve a las masas al cine como si regalaran algo y deje los suelos llenos de palomitas y manchas de coca-cola:  Con un nuevo planteamiento, Hitch rueda una película que patearía la cara a cualquier superproducción hollywoodiense. Un Cary Grant que aquí está genial interpretando a un hombre que te cae simpático desde la primera escena, un James Mason que, junto con el genial Robert Shaw de El Golpe forman magistralmente los arquetipos de malos que no dan una, y Eva Marie Saint que está más que bien con su papel de rubia eterna... Además 50 años atrás consigue tener más vigencia que cualquier peliculilla del agente 007, gracias a un surrealista humor, a un abandono de la coherencia total y premeditado, a un oficio tras la cámara que nadie tenía, y a una búsqueda de la espectacularidad que nunca ha sido igualada por muchos efectos especiales que haya ahora. Como muestra, la mítica escena del avión....Dentro de veinte años algún director afirmara con rotundidad que ha reinventado el género creyendo que ha descubierto la pólvora. A Hitch solo le falto hacer una película de superhéroes...pero eso para el genio, era cine menor.

 

 

 

Uno de los mejores thrillers de intriga, espías y persecuciones que podamos tener el honor de ver fue materializado por el rey del suspense, Alfred Hitchcock. Un peliculón de los que se merecen un puesto privilegiado en las videotecas. Indiscutiblemente, “Con la muerte en los talones” marcó un referente en el género destinado a hacer saltar al espectador de pura tensión en el asiento y pasárselo en grande. Lo reúne casi todo: los momentos dramáticos se atemperan con un humor inteligente y elegante, encarnado a la perfección por un Cary Grant en uno de los papeles de su vida; la intriga se mantiene y se va resolviendo a ritmo endiablado; la fotografía es intrépida y derrocha planos atrevidos, sin dejar respiro; todos los actores realizan un trabajo admirable; el guión está todo lo enredado que cabe esperar en un film de espionaje, secretos y retorcidas maniobras; la banda sonora se hace escuchar casi sin pausa, contribuyendo a que los riñones segreguen unas gotas más de adrenalina; y el sinfín de escenas dignas de recuerdo estimulan la fascinación. El espectador puede apagar sin esfuerzo las alertas mentales que tratan de ponerle los pies en la tierra. Y puede zambullirse, sin pensar demasiado, en el peligroso maremágnum que atrapa al protagonista y que lo mete de cabeza en una arriesgada y compleja aventura. Una fatal confusión de identidades ante la cual tendrá que demostrar su habilidad para discurrir deprisa, escabullirse de las encerronas y, más que nada, para conservar intacto su pellejo… . Un reto formidable que parece hecho a la medida para Roger Thornhill, un empresario de publicidad cuyas mayores proezas hasta la fecha han consistido en ser un ciudadano medio neoyorquino de lengua afilada, positivismo imperturbable y de agitada vida sentimental. Si uno alguna vez se ve envuelto por error en una trama de espionajes y crimen donde el propio pescuezo tenga precio, más le valdría poseer el temple y la jocosa frescura de Roger Thornhill. A ningún otro le sentaría tan bien ese traje, ni sabría llevarlo con ese porte gallardo incluso arrojándose entre el polvo de maizales secos y escalando por paredes vertiginosas.

 

  

 

 

Es mi opinión la de que si alguien piensa que entiende de cine, sólo por haber visto muchas películas modernas sacadas de un videoclub, se equivoca; en el caso de las obras del Sr. Hitchcock, al cual nadie puede quitarle su genio, habría que estar criado, formado, o haber visto suficiente cine clásico para entender, comprender o razonar el universo que este caballero extiende sobre la pantalla. Sobre Cary Grant, un muchacho acróbata de Bristol  que se convierte en el señor más elegante del mundo, por voz popular, y además es capaz de interpretar, y aquí está genial, no tengo palabras negativas para este hombre. Eva Marie Saint interpreta a una mujer muy sensual, sin perder la compostura. Las famosas escenas de persecución son como un cuadro de clases de suspense; no hay que desestimar algo tan bello, aunque todavía algunos no podáis entenderlo.... es una lastima. Otro ejemplo claro de la gran personalidad de Cary grant al echarse al espectador al bolsillo de una manera rotunda, contundente. Conforme avanza el filme, Cary se va adueñando de la historia. Y admiramos la categórica actuación de James Mason. En otro antecedente del villano, cosmopolita y megalómano..


 

 

Maravillosa película de Sir Alfred Hitchcock. Excepcionalmente interpretada por el gran Cary Grant. Llena de emoción e intriga como ninguna. Me encanta este tipo de largometrajes sobre espionaje. Posee aventura, acción, misterio, humor, romance, que más se puede pedir. ¡¡¡Matrícula de honor!!! hacia toda una obra maestra del cine. Cuando Hitchcock realizó este film estaba,  en su cumbre de creatividad. Este film es un brillante ejercicio de cine, dónde se mixturan destreza narrativa, diálogos chispeantes, situaciones increíbles y actuaciones brillantes. Como pocas veces el "maestro" desplegó toda su capacidad al servicio del séptimo arte. Desde el primer minuto, ya nos vemos envueltos en una trama con altas dosis de intriga y suspense.

Mención aparte merece la actuación de Cary Grant y la belleza de Eva Marie Saint.