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EL BAILE DE LOS MALDITOS
Una de las mejores películas sobre la segunda guerra mundial, en la que se nos muestra las historias paralelas de tres hombres llamados a participar en el conflicto. El teniente Diestl (Marlon Brando),.oficial alemán que simplemente piensa que Hitler va a mejorar las cosas, vive ajeno a la tragedia que se avecina, pues no es consciente de todo lo que encierra la ideología nazi, en el transcurso de la contienda se irá dando cuenta de la verdadera dimensión de todo aquello, llegando a conocer la realidad de los campos de exterminio y se sentirá profundamente desengañado. Michael Whitecre (Dean Martin) es un cínico y famoso actor de Broadway que es llamado a filas pese a su rechazo de los deberes militares y el temor a arriesgar su vida en el campo de batalla. Y Noah Ackerman (Montgomery Clift) es un soldado americano de origen judío, tímido y retraído que se ve marginado durante el periodo de instrucción y sometido a ciertas vejaciones por algunos de sus superiores y compañeros, pero que al final será capaz de ganarse el respeto de todos por su obstinación, valentía y afán de superación. Basándose en la novela de Irwin Shaw “Los jóvenes leones”, que es como se tituló en EEUU, Edward Dmytryk adaptó para la gran pantalla está historia de marcado carácter antibelicista, ofreciéndonos una película recomendable, una historia sobre la lealtad, la amistad, los principios personales y, por qué no, sobre el romanticismo en tiempo difíciles, todo ello camuflado en un film que podría catalogar como un drama bélico, aunque tenga algunas escenas de acción. Estupendo guión lleno de varias lecturas, Fotografía con un espectacular blanco y negro, y una excelente música de Hugo Friedhofer. Notable film, con un Marlon Brando realizando una de sus extraordinarias actuaciones muy sobresaliente dado que en ese año su físico le favorecía y congraciaba muchísimo; por supuesto también merece mención especial, Maximilian Schell, el otro gran actor a destacar en la película, que aquí empezó haciendo de militar alemán participante en la II G.M. y lo bordó tan convincente y perfectamente el papel, luego repetiría parecidos roles con igual y grandiosa interpretación en "La cruz de hierro" y "Un puente lejano" . Es decir, los actores hacen de militares alemanes sobresaliendo en sus interpretaciones, mucho mas que los que hacen de estadounidenses.
Edward Dmytrik va mostrándonos los avatares existenciales de jóvenes soldados de una y otra parte de los dos ejércitos contendientes, todos ellos con sus miedos y esperanzas, pero principalmente con sus idiosincrasias masculinas, de hombres bravos, honestos y que se inscribían en sus ejércitos respectivos no por amor a la guerra sino por amor a la paz y a un mundo más civilizado, con orden y justicia. Luego como siempre pasa en la vida, unos se labran su éxito y otros su fracaso o derrota, pero aquí el director deja claro en los personajes protagonistas de uno y otro bando, que su condición no es la de los buenos y los malos sino la de seres humanos hijos del mundo en cuyas vidas cabe lo bueno y lo malo. Un film de larga duración con muchos detalles que merecen contemplarse con tranquilidad y atención. Edward Dmytryk tiene que haber dado gracias al cielo. Un emigrante de origen ucraniano que llega a Canadá y desde allí a EE.UU que pese a estar en la lista negra consigue -después de un tiempo y previa colaboración con la administración- hacerse un hueco en Hollywood... Y no hizo ascos e hizo cine contra los alemanes, los japoneses, los comunistas y todo lo que le dijeran. Y es que Edward Dmytryk es un director que se encargó de dirigir imitaciones cinematográficas de la original. Así realizó “El árbol de la vida” intentando emular a “Lo que el viento se llevó”, realizó “Los insaciables” intentando parecerse a “Gigante”, filmó “La batalla de Anzio” buscando el efecto de “La batalla de las Árdenas” y realizó “El baile de los malditos” pensando en la Oscarizada “De aquí a la eternidad”.
La película está basada en una novela de Irwin Shaw.... “The Young Lions”, es el libro que leía el guionista protagonizado por William Holden en “El crepúsculo de los dioses”...Los actores están enormes, Montgomery Cliff del todo bien, a pesar que después del accidente nunca sería el mismo en todos los aspectos, Dean Martin, está más que correcto, Schell que está convincente y Marlon Brando, que siempre será Brando...Tenemos la oportunidad de ver a la sueca May Britt, que está tremenda, lástima que no se prodigara mas. La película fue hecha añicos por la censura española, aunque ahora se puede visionar en DVD íntegramente con lo que gana bastante por el tema de los campos de concentración que hasta entonces era tabú. Es una película llena de tópicos, donde los nazis son malos y los judíos intelectuales que leen a Joyce, podemos decir que su visionado no defraudará del todo, mucho más por tener un formato de vidas cruzadas que tanto se lleva en nuestros días. Es evidente que esta película parte con la ventaja que ofrece la perspectiva del tiempo. Así, la historia anticipa sensaciones poco predecibles: Barbara Rush profetiza en lugar de intuir cuando, esquiando con Marlon Brando le dice: "todo irá de mal en peor y todo acabará en una guerra".
Enmarcarla dentro del género bélico es complicado. Es un compendio de flirteos amorosos de Brando, coleccionando novias en Alemania, Francia y Estados Unidos frente al desvalido Clift: judío, humilde, sin futuro y emparejado con una inocente chica de provincias de intachable conducta, contrapunto a la rubia esposa alemana de Schell. Marlon, que pareció nacer cuñado con la marca de la sublevación (Rebelión a bordo), contradice a sus superiores y llega a asquearse de los mandos militares del Reich y la GESTAPO. Al otro lado, Clift, despreciado por su propio ejército y alistado contra la Alemania nazi padece en sus carnes el deplorable comportamiento de los marines norteamericanos que apalean, en sus propias filas, al judío por cuya supervivencia se justifica la lucha. Paradójicamente… Es curioso que a Monty le halla tocado más bien en desgracia que en suerte, en dos de sus filmes épicos y como compañeros de reparto, al dúo de crápulas más grandes del cine, a la par que amigos y tunantes, Sinatra en "De aquí a la eternidad" y Martin en "El baile de los malditos"; valiosos para la escena musical, no sin embargo para el cine. Si de hecho Dmytryk quiso excitar el patrioterismo americano, cosa que dudo, se equivocó. La elección de Clift con Martin del lado americano provocan hastío, mientras que Maximilian Schell junto a Brando, convierten al tándem alemán en un tentador reclamo para cambiarse al “lado oscuro”. Lo mejor: El “pique” entre Schell y Brando sobre la motocicleta. Si no es un gag humorístico es la escena más esperpéntica jamás calzada en el género, como sugiere AGF, tímidamente, “bélicómico”. "El baile de los malditos" es un retrato de la II Guerra Mundial realizado desde dos puntos de vista: el alemán, y el americano, el resultado un notable film que a todos nos hacer pensar y huir de unos años que oscurecieron el planeta.
Brando realiza, un trabajo espectacular. su personaje cree en el nacionalsocialismo, lo ve como un movimiento social que ayudará a las clases desfavorecidas y contribuirá a la creación de un mundo mejor. Por supuesto, cuando comienza a desengañarse, entra en pugna consigo mismo por haber ayudado a la expansión de tan salvaje atrocidad.... Es a partir de ahí cuando nos demuestra una vez más qué es el mejor actor de la historia. Debo decir que Montgomery Clift hace un notable trabajo, aunque el director de la película debería haber eliminado del guión todo lo que concierne al punto de vista americano y haberse centrado únicamente en el alemán.... Toda la parte americana esta carente de situaciones realmente interesantes, pero existe por ahí alguna regla que dice que una superproducción bélica o histórica debe durar al menos dos horas y media...Esas ansias de épica y colosalísimo terminan por destruir lo que podía haber sido un film sobre las contradicciones y conflictos internos de un hombre bueno entregado a la causa más cruel y deleznable de los últimos tiempos, y no una odisea plagada de momentos que el viento se lleva....
El alemán es el único de los tres que parece combatir con convicción; Noah, judío humillado en un ejército que combate al nazismo pero da cobijo a antisemitas, añora su vida civil tras dejar a su mujer embarazada; y Michael dedica todos sus esfuerzos (e influencias) a intentar evadirse del frente, buscando un destino más seguro. Los tres siguen un itinerario moral: Chrisian, horrorizado al descubrir el fanatismo y los crímenes nazis; Noah se esfuerza a sí mismo para ganarse el respeto de sus compañeros antisemitas; Michael, después de haberse acomodado a su destino londinense, solicita regresar al frente en primera línea. Son tres formas de descubrir o recuperar la dignidad: la del soldado que reconoce estar luchando por una causa equivocada; la del perseguido que logra el reconocimiento de sus compañeros; y la del frívolo que decide poner fin a su falta de compromiso. Dmytryk realizó un gran trabajo, en mi opinión, aprovechando el formato Cinemascope con una estupenda e hiperrealista fotografía en blanco y negro de Joseph MacDonald. La película cuya estructura responde al clásico montaje paralelo, sigue la trayectoria de los tres hombres, uno en solitario, el alemán, los otros casi siempre juntos. Es importante resaltar la primera escena, un año antes de la guerra en las montañas alemanas, un profesor de esquí, Christian, trata de seducir a su alumna americana, Margaret (Barbara Rush), que precisamente es la novia del cantante Michael, rechazando la joven al futuro oficial alemán. Esta escena está ligada al final de la película.. La película es fascinante para disfrutarla y que recuerda vagamente al film de Fred Zinneman, “De aquí a la eternidad”, precisamente Monty Clift hacía un papel parecido y que como este film, profundizaba más en las personas censurando la institución militar.
Film antibélico que da personalidad y alma a los soldados alemanes, intentando dar un enfoque de personas normales que se vieron arrastradas en la vorágine nazi...Se hizo después de acabada la Segunda Guerra Mundial, y quizás los vencedores se sentían con la perspectiva del tiempo pasado en la obligación de humanizar de algún modo al antiguo enemigo, queriendo hacernos ver que no todos los germanos eran nazis, que no todos los soldados con la esvástica eran nazis, que había buenos alemanes “engañados”, especie de rehabilitación de la sociedad alemana en la que se nos quiere hacer ver que parte de ella era noble y no viles sanguinarios desalmados, también había que resarcir al pueblo alemán ante tanto film en que se los demonizaba, sobre todo teniendo en cuenta que USA y la Europa Occidental estaba en plena Guerra Fría, y la RFA era un pilar básico contra la URSS y sus satélites tras el Telón de Acero. El guión de Edward Anhalt adapta con libertad la novela “The Young lions” del dramaturgo neoyorkino Irwin Shaw, que se inspiraba en sus propias experiencias como oficial estadounidense durante la WWII, era judío como uno de los protagonistas de la historia. Asimismo es de los primeros films que se trata el tremebundo tema de los campos de Exterminio nazis. Fue un gran éxito comercial, obteniendo tres Oscars, fotografía, sonido y música.
Es un film en el que se da dignidad a los alemanes, se les muestra en situaciones cotidianas, amables, confraternizando con mujeres, intentan motivar sus comportamientos...visto hoy día resulta irregular, el tema valiente en principio del antisemitismo de los propios americanos queda un poco desvaído y esta subtrama de Noah es demasiado similar a la de Prewitt en “De aquí a la eternidad”, con el mismo actor interpretándolo, la de Michael resulta regularmente expuesta, Dean Martin esta demasiado despreocupado para entender su mundo interior en el que se debería exteriorizar su lucha entre su cobardía y su sentido del deber. Al ver el film se siente que este mosaico de situaciones a uno y al otro lado del frente de guerra...y el film debería detener más tiempo en el lado alemán más rico en matices y aristas. Historia de marcado carácter pacifista, que nos habla del honor, de la cobardía, la xenofobia, sobre todos los males que acarrea la Guerra. Explora a varios personajes micro para dar una visión macro del conflicto y de la gente de abajo que guerreo en la WWII, se quiere dar una proyección existencialista de las dudas y resquemores de estos protagonistas, sus miedos, esperanzas, desilusiones, gente común arrastrada a la batalla por diferentes motivos, el alemán por idealismo mal entendido... Noah al parecer por reconocimiento, y Michael peleando contra sus sentimientos. Marlon Brando de rubio está en su línea de enorme actor que transmite con solo una mirada, hablando genuinamente con acento alemán, sabe transmitir el arco de desarrollo que es su rol, del idealismo, la esperanza, la ilusión, la incomprensión, el hastío, a la rabia, y el colapso emocional, el ejemplo del hombre de nobles e íntegros pensamientos que se ve arrollado por un tsunami de patriotismo mal entendido, tan humanizable hizo a su Christian que fue criticado. Montgomery Clift es el que parece mayor de todos , a pesar de esto da bien con el tipo retraído, pero con mucho coraje, obstinado y testarudo, aún así me falta más introspección para saber de dónde le viene tanta tortura interior, tanto sufrimiento que deja entrever. Fue la única vez que coincidieron en un film Brando y Clift, dos símbolos del método del Actor’s Studio.
Dean Martin hace de un cantante cobarde que se siente atacado por su sentido del deber, Maximilian Schell realiza una muy sentida actuación, vigorosa, carismática y de fuerte carácter. Parley Baer da una muy buena y simpática encarnación de un alemán despreocupado, alejado de cualquier ideología. Hope Lange resulta una muy enternecedora presencia, La actriz franco-italiana Liliane Montevecchi dota de tridimensionalidad a su Francisca. La mejor de las actrices es la sueca May Britt, que con apenas dos escenas deja una huella de femme fatale, sibilina y manipuladora. La puesta en escena es correcta, con buena dirección de arte Addison Hehr, rodada en multitud de escenario, el desierto de Mojave (Arizona, USA), haciendo de Norte de África, Bas-Rhin (Alsacia, Francia) para el campo de concentración Natzweiler, en Berlín, en París, Estrasburgo (Alsacia)y los jardines del Castillo de Chantilly (Francia), ofreciendo un gran grado de realismo, potenciado por la notable fotografía de Joseph MacDonald, rodada en Cinemascope, en glorioso b/n para relazar el tono de autenticidad, con una tonalidad grisácea, cercana al documental, y adornado por la música de Hugo Friedhofer, sabiendo jugar con los diferentes ambientes, añadiendo un tema para cada protagonista, acunando la acción de modo suave y certero. Momento recordable:
La impactante visión de los americanos al liberar un campo de concentración, abren un barracón y ven un gran grupo de prisioneros con los trajes a rayas..
Interesante film bélico bien interpretado por un lujoso reparto. La acción recae especialmente en sus dos máximos protagonistas: Marlon Brando y Montgomery Clift, El primero de ellos es un eficiente oficial alemán, cuyo patriotismo le lleva a cumplir con los deberes de la patria por encima de cualquier otra cosa. Brando es el reflejo de todos aquellos alemanes esperanzados con la figura de Hitler que con el transcurso de la guerra ven decepcionadas sus expectativas. Es de esas personas nobles y responsables que no quiere creer que sus esperanzas de lograr una vida mejor se van truncando, para ello trata siempre de esquivar las situaciones que le desagradan como cuando pide el cambio de destino de Francia al Norte de Africa. Es un hombre íntegro pero no es capaz de enfrentarse a sus problemas de conciencia por su patriotismo y alto sentido del deber. Finalmente Brando no acaba de encontrar respuesta a sus dudas y termina muriendo a manos de Dean Martin amante de la misma chica que conoce antes de la guerra. Clift por su parte, consigue ganarse el respeto de su suegro y termina casándose y teniendo hijos. El pobre Schell termina suicidándose, no por las terribles heridas de guerra que lo desfiguran, sino por el rechazo de su prometida a vivir con un lisiado deforme. Película sobre la vertiente humana de los soldados, sean del bando que sean, con sus miedos, sus virtudes y sus defectos, pero todos con la conciencia de que la guerra no es buena y que quieren sobrevivir a ella.
Una película fabulosa, reflejo del cambio en las interpretaciones del séptimo arte. Por un lado un actor clásico Dean Martín, por Marlon Brando encarnando el estilo Actor Studio.
Edward Dmytryk destacó la interpretación de Brando, afirmando que cada toma era un regalo, mientras que afirmaba que Montgomery Clift era un gran actor, pero que su actuación se convertía en mecánica en la tercera o cuarta toma.
Brando interpretó su papel como lo sentía...un héroe trágico.
Tratar este tema años después del fin de la segunda gran mundial es todo un riesgo.
Magistral película
Que grande era y es Marlon Brando.